¿Es el acondicionador el coprotagonista obligatorio en tu rutina de lavado? Desmitifiquemos esta historia:
Nutrición personalizada:
El acondicionador no tiene por qué ser un invitado diario. Ajusta su presencia según las necesidades de tu cabello. Si buscas un extra de hidratación y suavidad, úsalo regularmente. Pero si tu cabello está satisfecho con su estado natural, déjalo respirar sin acondicionador de vez en cuando.
El balance sutil:
Encuentra el equilibrio justo. Si lavas tu cabello con frecuencia, el acondicionador puede ser un aliado. Sin embargo, en días de descanso capilar, no hay necesidad de forzar una relación. Deja que tu cabello se exprese y decide si necesita o no el toque del acondicionador.
Cómplice ocasional:
No hay reglas estrictas. Usa el acondicionador cuando sientas que tu cabello lo está pidiendo a gritos, pero no te sientas obligado a incluirlo en cada escena de lavado. Conocer las necesidades específicas de tu cabello es la clave para mantener una relación armoniosa con el acondicionador.